Hacer una inversión inmobiliaria en el extranjero obliga a pensar bien qué es lo que se desea hacer. Aunque el fin sea solo una renta, el inversor de raíces latinas tiende a hacerlo en lugares donde cree que se va a ir a vivir. “Por eso el argentino compra mucho en España, en Miami o en Uruguay, el comprador final busca salud, seguridad -seguridad jurídica principalmente- y una calidad de vida excepcional, eso también va en la relación valor-precio”, explica Fabián Parolari, dedicado al real estate internacional de lujo desde hace 20 años.
La ciudad emirato Dubái tiene todo eso y por encima del promedio de otros centros urbanos de nivel similar, según la experiencia del consultor argentino. “Allí uno va a invertir en una ciudad donde primero hacen carreteras, medios de transporte, tienen un sistema de metro espectacular. Todos esos servicios hacen que la ciudad funcione”, explica y agrega: “Dubái tuvo una línea de pensamiento donde decían que en un momento el petróleo se iba a terminar o se iba a reemplazar y empezaron a pensar en nuevas alternativas. Hoy es exportador de bienes y servicios, y su mayor ingreso no lo tienen del petróleo sino del turismo; la industria hotelera de Dubái es excepcional”.
Otro aspecto que contradice el imaginario es lo religioso y cultural, pese a ser la cuarta ciudad del mundo en recibir turismo internacional y a que el 85% de las personas que viven allí son extranjeras. “Yo soy residente de Dubái junto a mi señora y hacemos la misma vida que hacemos en cualquier otro país. Vamos a la playa igual que en Mar del Plata, que en Miami o que en Europa. Si no soy musulmán, no tengo la obligación de adaptarme a las restricciones religiosas”, explica Parolari.
Cuáles son los números de una inversión en Dubái
Además de la calidad de vida que de Dubái, el contraste de precios en zonas de alta gama con los mercados convencionales es muy importante. “La gran diferencia que hay es que Dubái no tiene gastos de escritura, no tiene impuesto a la propiedad, ni a la herencia. En cambio, si uno compra una propiedad en Miami, por ejemplo, ya de por sí hoy está más cara que Dubái, las rentas son similares, pero uno paga el 2% de property tax. Además, tiene que hacer una sociedad, pagar a un contador, pagar impuesto a las ganancias y tiene gastos de escritura. Si yo tomo en cuenta los valores de Miami de hoy, la renta va a ser negativa y en Dubái estamos cerca del 8% anual”, analiza Parolari.
El consultor representa a la Emaar, la constructora más grande del mundo luego de las empresas públicas chinas, que desarrolla cuatro proyectos simultáneos en la capital de los Emiratos Árabes. “En Dubái tenemos productos que arrancan en los 220 mil dólares en adelante, con un rango de precio de proyectos de primera línea de entre los 220 y los 500 mil dólares. Estamos hablando de torres de marca de lujo en las zonas más emblemáticas”, comenta.
La gestión para la compra de una propiedad en esa locación puede ser muy simple. “Se puede comprar desde el lugar que esté, se envían por mail los documentos firmados y luego los originales por un courier, y ellos después mandan los documentos ejecutados. Cuando uno compra en pozo va pagando un porcentaje durante la obra y un porcentaje contra la entrega, pero todo se hace simple desde acá sin ningún problema”, explica Parolari.
En ese sentido, no hace falta viajar e ir a ver la obra y, de hecho, existen productos especialmente indicados para quien no piensa ir a Dubái. “Lo que siempre recomiendo al que no viaja periódicamente a Dubái, es invertir en un Condo Hotel, eso es comprar una suite de hotel de Emaar donde uno se despreocupa de todo y obtiene rendimientos del 8% anual. Se le da la explotación al hotel, quien te deposita todos los meses la ganancia. Eso es lo ideal”, considera el experto argentino.
Respecto de la financiación, también hay dos opciones muy habituales. Una es a través de la propia constructora Emaar y la otra es a través de bancos. “Las tasas de interés en Dubái son muy bajas porque para ellos son considerados usura, por lo tanto siempre son súper bajos o nulos”, manifiesta Fabián Parolari.